Una vez escuche a un sabio decir: "Los dioses nacen en la imaginacion del hombre, y mueren cuando estos los olvidan". Y eso es cierto(o eso creo), nos convertimos en dioses ante la mirada de adoración de aquellos que nos rodean, sus sentimientos de miedo, amor y deseo nos alimenta, nos nutre haciéndonos omnipotente, nos convierte en poderosos seres que juegan con la vida de otros, monstruos que devoran la buena voluntad doblando la realidad a su antojo, dioses creadores de mundos y vidas, destructores de ciudades que atrevieron desafiar nuestro inigualable poder.
Somos eso y aquello, provenimos de mundos que su imaginacion no puede concebir(y esa es nuestra perdición, esa fe absurda en seres incapaces de ver mas allá), he allí nuestra condena!, una muerte segura y humillante(un guerrero muere feliz en batalla y resignado en cama).
Nos hacemos mortales y ellos centro de nuestro amplio universo nos olvidan, dejan de cerrar los ojos e imaginar(nos hacen palpables), Nos humillan y reducen a pensar en la vida como una mentira. Así mueren los dioses, se hacen miembros de una pútrida humanidad, la mas ilogica pero creíble mentira es el hecho de respirar para vivir como un maldito mortal.
Somos eso y aquello, provenimos de mundos que su imaginacion no puede concebir(y esa es nuestra perdición, esa fe absurda en seres incapaces de ver mas allá), he allí nuestra condena!, una muerte segura y humillante(un guerrero muere feliz en batalla y resignado en cama).
Nos hacemos mortales y ellos centro de nuestro amplio universo nos olvidan, dejan de cerrar los ojos e imaginar(nos hacen palpables), Nos humillan y reducen a pensar en la vida como una mentira. Así mueren los dioses, se hacen miembros de una pútrida humanidad, la mas ilogica pero creíble mentira es el hecho de respirar para vivir como un maldito mortal.
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