La noche se acerca y mis temores se fortalecen a cada segundo, la luna, cruel testigo de mis actos empieza a acusarme e invoca a su ejercito castigador de demonios.
Que sea un sitio especial me consuela pobremente, es ese día al que temo y nada suavisara mi castigo, ellos aun no están preparados y es mi culpa por darles la libertad de escoger(debí ser mas tirano, pero aceptare el hecho de que lo disfrute), lo peor esta por llegar y un aquelarre de enemigos seria mejor que esa absurda reunión de amigos, todos y cada uno de ellos con miedos que afrontar y batallas que ganar y yo sin poderles ofrecer esperanza. Ellos, simplemente tan humanos(debería decir mortales), tan dependientes de esas cosas que perderán en un parpadeo, tan dispuestos a luchar por causas perdidas y obstinadamente convencidos de conservar amores nunca merecidos que deben ser sacrificados si se cree en ese camino de libertades ganadas y solitarios lamentos, pues eso es lo que ellos serán o profesan querer ser, caminantes que no están dispuestos a aceptar su camino. Mis lágrimas demuestran que no creo tener la razón pero que pienso llevarlo hasta el final, todas y cada una de sus tumbas metafisicas he acompañado y en sus funerales futuros he estado, la verdad es que lo que muere no es mas que un sentimiento de amor y amistad y una vez mas soy sin discusión alguna el maestro de aquellos que desearon ser un poco mas imperfectos.
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