martes, 18 de febrero de 2014

XXVII

Recuerdo cuanto te odiaba, cuanto los odiaba a todos y cuanto me odiaba por sobre todas las cosas. Recuerdo tan pocas cosas malas.
Recuerdo algo que me gustaría recordar.
Recuerdo una felicidad tan extraña, surrealista como los relojes de Dali.
Recuerdo a tu persona en algún lugar de mi mundo.
Recuerdo que te olvide.
Recuerdo que miraba la luna de forma diferente.
Recuerdo una canción en una noche tormentosa, una mirada peligrosa y un beso sin sentido.
Recuerdo que disfrutaba escribir, leer y pintar.
Recuerdo amigos, un trago y una sonrisa.
Recuerdo el sabor de la gelatina de limón.
Recuerdo que hace unos cuantos eones escuche el grito de la tierra.
Recuerdo los sueños de los jóvenes.
Recuerdo el juramento de los linternas verdes.
Recuerdo por que soy yo mismo. Pero no recuerdo en que momento se perdió la guerra, cuando todos empezaron a usar corbata, cuando te convertiste en algo inexistente y cuando dejamos de oír voces.

Recuerdo que alguna vez existió un sueño.